Yo no soy nadie, ¿Quién eres tú?
¿También tú no eres nadie?
¡Entonces ya somos dos!
¡No lo digas! Lo pregonarían, ya sabes.
¡Qué aburrido ser alguien!
¡Qué ordinario! Estar diciendo tu nombre,
como una rana, todo el mes de junio,
a una charca que te contempla.
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