Querés experimentar la calidéz de un abrazo, pero... ¿Acaso dejás que te toquen?
Querés amar, pero... ¿Acaso dejás que te amen?
Querés sentir, pero la frialdad de tu ser adormece cualquier sensación.
Decís que el amor no toca tus puertas, pero...
¿Realmente se las abrirías?
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