Después no te quejes si no te cuento nada, porque no tiene mucho sentido que lo haga si no te ponés en mi lugar ni preocupas por mi. No quiero que sea como antes, no quiero perder y que te importe poco verme derrotada y con las rodillas sangrando por la caída. Parece que la única forma que tenemos de estar unidos es si hay un ÉL que te interese.
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